Personalmente me gustaría añadir una pequeña reflexión sobre lo que
hubiera significado para mí haber podido participar en un proceso de coaching
en mi centro educativo.
La orientadora me preguntó qué me gustaba hacer, y la verdad no sabía
bien que responder teniendo en cuenta que era una joven de 17 años que no debía
conocer mucho más allá del sistema educativo en el que llevaba desde los 4
años.
Ante mi indecisión o falta de autoconocimiento sobre lo que me gustaba
hacer o sobre lo que me veía capaz de hacer, la orientadora me ofreció dos
folletos de dos ciclos relacionados con la rama de Ciencias Sociales que yo
misma había escogido. Lo siguiente fue preguntarme si me gustaban los niños
porque lo mejor para mí era ir al ciclo de educación infantil o al ciclo de
animación sociocultural. Como efectivamente me gustan los
niños asimilé quizás esas eran las mejores opciones para mí y sin más
información terminó mi sesión de orientación educativa.
Lo que ocurrió después es que dejé el instituto y nunca llegué a ir a
ninguno de esos dos ciclos formativos. Curiosamente años después me llamaron
del Servicio Canario de Empleo para formarme y trabajar como dinamizadora
comunitaria, pero eso fue una sencilla casualidad que de hecho me hizo darme
cuenta que no era esa la profesión que desearía seguir ejerciendo toda mi vida.
¿Qué me hubiera gustado que pasara en esa sesión de
orientación?
§ Creo que lo mejor que me podía ocurrir es que la
orientadora me preguntara cómo me iban las clases; qué me hacía pensar que yo
no podía terminar el curso; por qué me veía incapaz de ir a la universidad; si
realmente lo que yo quería era cursar un ciclo formativo.
§ Que me hiciera plantearme si me conocía, si creía
tener objetivos, valorar si yo misma ponía límites a mi crecimiento personal.
§ Podía haber trabajado el autoconcepto, la
autoestima, la autonomía, y podía haberme ayudado a modificar aquellas costumbres
que entorpecían mi desarrollo personal y académico.
Creo que todos estos puntos y estas cuestiones se podían haber trabajado
si mi orientadora además hubiera sido coach. Si tenemos en cuenta que los
adolescentes sienten una gran incertidumbre sobre su futuro académico, y le
añadimos que estamos en un sociedad donde los cambios sociales y económicos se
producen constantemente y a gran velocidad, es que indudablemente llegaremos a
la conclusión de que una orientación correcta y adaptada a las necesidades de
los alumnos es uno de los servicios fundamentales que debe de ofrecer el
sistema educativo.
Quizás es el momento en el que deberíamos empezar un largo e interesante
debate sobre la formación inicial y continua de los diferentes profesionales
que se dedican a la educación, como pueden ser maestros, profesores,
psicólogos, etc. Los autores Liston y Zeichner (1993), afirman que el perfil u objetivo del maestro o profesor no sea
únicamente de desarrollo individual dentro del aula, sino que se convirtiese en
un agente de cambio social que rompa los muros que separan la escuela como una
institución, y la escuela como un lugar de reflexión e innovación para la
comunidad. Para conseguir esto, el profesional ha de recibir una formación
inicial donde construya un conocimiento sólido sobre los posibles contextos en
los que se desenvuelven los centros educativos, y también desarrollar una
actitud crítica de reflexión que sirva para analizar sus propias creencias
sobre el exterior, para así reconstruir otro ideario basado en la experiencia.
Desde mi punto de vista es necesario que incluyamos en la formación
inicial y continua el aprendizaje de ciertas habilidades para los docentes y
orientadores, ya que actualmente no reciben sino una transfusión de contenido
generalmente teóricos que no se adapta a la realidad educativa y no contribuyen
a mejorar la relación entre ellos y sus alumnos. Para así acompañarlos y
asesorarlos en su estancia escolar, en la que esperan no solo memorizar otros
contenidos básicos, sino aprender a aprender y aprender a ser.
Y es que si mi orientadora hubiera podido hacerme todas esas preguntas
que necesitaba responder, pero que yo nunca hubiera podido generar de forma
propia, mi recorrido académico sería muy diferente.
Hay muchas diferencias entre orientar y realizar un proceso de coaching. Orientar implica informar, asesorar, mientras que el coaching se basa en la escucha, en preguntar y obtener la información del cliente. En el tema de la orientación escolar o vocacional sería más interesante una especie de mix entre ambos roles. Primero coach (escuchar-preguntar) y en una fase posterior orientador puro (informar sobre opciones).
ResponderEliminarInteresante el post. Saludos.
Gracias por la aportación!! estoy totalmente de acuerdo contigo, creo que unificar estas dos prácticas e introducirlo así en el sistema educativo añadiría más profundidad a la labor de los orientadores y además se insistiría en la renombrada atención individualizada a la que tanto hacemos referencia.
EliminarEn primer lugar felicitarte por esta iniciativa de creación de este Blog. He trabajado durante algún tiempo como docente. Y me gusta muchísimo esta profesión. Aprovechando este comentario y aunque pudiera buscar las definiciones podrías indicar cuáles son las diferencias entre: autoconcepto, la autoestima, la autonomía
ResponderEliminarMuchas gracias por las felicitaciones Felipe!! ya que lo comentas, es buena idea la de ampliar estos términos que son clave para el desarrollo personal y profesional de cada individuo. Así que espero añadir una entrada donde explicarlos de forma muy básica.
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